Las charlas motivadoras son clave

Las charlas motivadoras son clave para emprendedores

Grupo de emprendedores teniendo una charla motivacional imagen del articulo

“Estoy a punto de mandarlo todo a tomar por c*** e irme a Bali a vender cocos”

Con esta frase me resumió Gemma, emprendedora, cómo se sentía respecto a su negocio y emprendimiento. En inglés sería descrito como “burnout”, el equivalente al dicho popular: “más quemada que la moto de un hippie.”

La cuestión es qué Gemma era, desde fuera, una emprendedora de éxito.

“Si es que nos va súper bien, nos llueven los proyectos, no damos a basto.”

Muchos quizás diríais que “pues no sé de qué se queja”, “con la suerte que tiene y lo que bien que le va.” Como ella misma definía: “se supone que tendría que estar contenta y, en cambio, es llegar el Domingo y me pongo ansiosa y de mal humor porque al día siguiente es Lunes. No disfruto de la vida!”

Empecemos por definir el éxito. Según la RAE significa: “resultado feliz de un negocio, actuación, etc.”

¿Es un resultado feliz el que una emprendedora se vuelva esclava de su negocio? ¿Qué trabaje todos los fines de semana? ¿Qué sienta ansiedad, rabia y agotamiento? Como emprendedora me atrevo a decir que no.

El éxito para mí es tener una equilibrada relación laboral y personal, que mi negocio esté a mi servicio y al de mis clientes, que disfrute de lo que hago, que respete mis ritmos de trabajo y de descanso…

¿Cómo definirías tú para ti el éxito empresarial?

Trabajando con Gemma ella llegó a la conclusión de que no estaba viviendo su definición de “éxito empresarial”, así que, a través de mi acompañamiento personal y profesional, puso en marcha la solución correcta para ella y su negocio.

Lógicamente, la solución estaba sujeta al cambio.

Aunque desde fuera aparentara ser una empresaria exitosa, por dentro, ella se sentía más del lado fracaso.

Tim Harford, economista y columnista británico, en su reconocido libro “Adáptate – Por qué el éxito siempre comienza con el fracaso” deja bien claro que son las dos caras de la misma moneda. La diferencia será si nos abrimos al aprendizaje que se requiere para transmutar el fracaso en éxito.

Como nos cuenta Diana Laufenberg, en su famosa charla motivadora TED  el aprendizaje requiere de fracaso. En mi opinión, hace ya tiempo que, como sociedad, nos tocaría redefinir el fracaso por “aprendizaje en proceso.”

Gemma llevaba años en el mundo del emprendimiento, al mismo tiempo, ella misma reconoció que “no aprendí a ser emprendedora, aprendí mi profesión.” Exacto, no es lo mismo. Ahora tenía no solo que realizar su trabajo sino también captar clientes, liderar un equipo, organizar proyectos de principio a fin y mucho más.

La respuesta la encontró, como muchísimos otros emprendedores (y no emprendedores) en el desarrollo personal. Me contrató como Coach en Comunicación, Liderazgo y Gestión del Talento.

Lo segundo que hice, después de haberme reunido con Gemma y definir bien los pilares básicos de su éxito empresarial (misión, visión y valores), fue acudir a la empresa, reunir al equipo y facilitar una charla motivadora.

¿Por qué y para qué las charlas o conferencias motivacionales?

Está ampliamente demostrado que ayudan a los empleados a aumentar su bienestar y motivación, tanto a nivel personal como laboral, haciendo crecer su rendimiento y creatividad.

El cerebro necesita emocionarse para aprender, las charlas motivadoras ayudan a las personas a comprometerse consigo mismas y con la empresa, derivando además en una mayor confianza tanto hacia sí mismas y sus capacidades, como hacia la empresa. Todo esto revierte en un aumento de la motivación laboral.

Consecuentemente, los resultados de la empresa también mejoran. Prácticamente siempre, lo hacen de forma espectacular.

En las charlas motivacionales que impartí en la empresa de Gemma hubieron risas, lágrimas, verdades incómodas que necesitaban ser aireadas, empatía, reconocimiento, comunicación y mucha, mucha emoción.

Como resumió una empleada cuando compartí técnicas de comunicación: “esto es una enorme oportunidad para todos y no solo profesionalmente hablando, sino también personalmente.”

Al hablar de tendencias y productividad, es clave tener en cuenta el componente humano, las emociones, las necesidades de nuestro cerebro. Como resume Victor Küppers “los coches van con gasolina, las personas con ilusión.”

Gemma había perdido la ilusión e, indefectiblemente, sus empleados también.

Forma parte de recursos humanos el cuidar la ilusión, la gasolina de las personas. Así también se impulsa la captación del talento.

Como bien sabe el exitoso empresario Richard Branson: “Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados. Si cuidas de tus empleados, ellos cuidarán de los clientes.”

En la empresa de Gemma ha vuelto con fuerza la ilusión, ha aumentado la motivación personal y laboral, la organización ha mejorado notablemente, el ambiente de trabajo es de “mucho amor” como ella misma describe.

La comunicación es clara y asertiva, las reuniones son cortas y muy eficientes. Las trabajadoras se ven allí durante muchos años “creciendo junto a Gemma y la empresa.”

El emprendimiento es toda una avenida de transformación. Gemma ha aprovechado su “momento fracaso” para transformar, junto con sus empleados, su emprendimiento en una obra de arte.

Si quieres saber más sobre cómo puedo ayudarte a llevar resultados similares o mejores a tu empresa y/o emprendimiento, escríbeme un mensaje y hablamos sin compromiso. Tú y tus trabajadores os lo merecéis.Si deseas seguir pulsando tu motivación, te invito a que te empapes de estas 5 charlas TED motivadoras para emprendedores. Además, Sebastián Pendino ha resumido sus principales claves, por si no tienes tiempo para verlas enteras. Gracias Sebastián!

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